Se celebran en Agosto, cuando la cosecha ya está recogida, y el pueblo rebosa de gente. Todos los actos se realizan al aire libre, en la plaza, las calles y peñas, participando en común todo el pueblo. En general, son unos días en los cuales los hijos del pueblo vuelven a la villa que les vio nacer, la familia se vuelve a ver y a reunirse en torno a una buena mesa en los días grandes.
Los festejos tienen una duración de cinco días. Entre los actos destacan los bailes de tarde, las verbenas nocturnas con orquestas o discomóviles, variados concursos para
grandes y pequeños (disfraces, sacos, cucañas...), juegos populares (guiñote, tanguilla, bolos...), pruebas deportivas (ciclismo, frontón, típicas carreras de pollos...), y las novedades que incluya la Comisión de Festejos.
Tradicionalmente, las fiestas empezaban la víspera de la Virgen, el día 14, pero hace ya muchos años que se amplió el calendario, para dar comienzo el 13, el día más esperado y quizás el más disfrutado por todos. La charanga inunda de alegría y jolgorio todas las calles de Cihuela, parando en cada una de las peñas, hasta llegar a la plaza, donde tiene lugar el pregón, tras el volteo de campanas. Por la noche, recorrepeñas nocturno, acompañados por la charanga hasta altas horas de la madrugada.
Las Peñas o Cuadrillas son el verdadero centro de la fiesta, y suele ser habitual que las noches de fiestas, así como durante los meses de verano, terminen con varias rondas en cada una de ellas, son estas: El Chupito, Los Listillos, El Reseco, La Tauritón, La Teja, El Botijo, Los Juligans, La Pulga , El Puente, La Raya, El Descontrol y El Cabaret.
El 15 es el día de Nuestra Señora de la Asunción, titular de la Iglesia Parroquial, a muy tempranas horas salen los despertadores , una antiquísima tradición en la que hombres y mujeres recorren las calles cantando unas coplillas alusivas al Rosario. En varios puntos del pueblo, haciendo tañir una campana, se realiza una llamada general para asistir al Rosario de la Aurora . Por la mañana, tiene lugar una solemne misa en honor a la Virgen, a la que seguirá el vermút de autoridades, y las jotas, por la tarde.
Al día siguiente, por la mañana, se sube en procesión hasta la Ermita de San Roque. Antes de entrar, el Alcalde procederá a realizar la Puja de los Palos , es decir, los varales o andas de la peana del Santo. Después de la misa, y bajo un calor sofocante, salen a subasta distintos regalos (conejos, pollos, licores, roscos, dulces...) que los hijos del pueblo han tenido a bien ofrecer al santo. Es curioso que, muchas veces, se da la situación de que las personas que han ganado la puja, son las mismas que lo han regalado.
El último día festivo llega con el 17, en el que es costumbre realizar la caldereta , o guiso del toro, que se come en la Plaza Mayor entre los vecinos. Esta cena de hermandad se realizaba como final de fiesta, después de haber sido lidiados los toros o vaquillas que se traían para disfrute de los aficionados. Hoy ya no hay tanto presupuesto, pero se sigue realizando la caldereta, paella o incluso rancho, llegándose a juntar un aforo de 600 personas aproximadamente.
Esta es la canción popular que se reza a San Roque durante la procesión: