Trascastillo
En el Cascajar, una multitud de esbaradizas rocas graníticas forman un enorme pliegue en un equilibrio sobrecogedor, parece que vayan a caer a la carretera. Una pared limpia bajará desde los muros del castillo hasta el barranco, aunque en su base, la erosión ha hecho mella lamiendo la sólida piedra. El cauce está seco, pero caudaloso cuando llueve en cantidad. Para seguir hay que escalar la gran cascada, la Piedra del Salto, rodeada de grandes pedruscos, rocas y vagos de donde apenas intenta manar un hilillo de agua.
Picarzo
Es la mayor altitud de todo el término, ronda los 1.000 m. se accede por el Barranco del Castillo o bien a través del Camino del Chaparral, desde El Pechuelo. Una vez en la cima, veremos nuestra vega, el pueblo, incluso más allá de nuestro término, llegando a divisar el Moncayo , blanqueado en el horizonte. Hace años que el mal uso del suelo degradó el gran rebollar que había, dominando, hoy en día, los arbustos. Este es un buen paraje para recoger el té, el tomillo, la manzanilla o el espliego, que se agarran a las rocas.
Cueva del Ruido
En la ladera del Picarzo , existe un orificio por el cual se escapa un vapor cálido que aún en invierno impide que las nieves cuajen junto al boquete, formándose pequeños glóbulos acuosos a manera de perlas que llaman la atención. El ruido de agua precipitada por peñascos que se advierte aplicando el oído a la tierra, es causado por alguna corriente subterránea de aguas, y que son las que supuestamente dan origen a los baños de Alhama de Aragón.
Cueva Marco
Escondida en el Barranco del Castillo , se trata de una oquedad en la roca muy singular, la boca es triangular y hay que entrar agachado, provisto de linterna. Una estrecha galería conduce a un corredor donde podremos incorporarnos. Su interior sorprende al visitante, existen muchos pasadizos, al cual más tenebroso. La cueva está
llena de misterios, se dice que su final llega a salir al término de Embid de Ariza, pero nadie lo ha logrado.
Pieza de la Dueña
Al Este del Picarzo, yendo a pie por los Llanos del Chaparral, sintiendo como alguna aliaga roza el calcetín, llegaremos al camino de Embid. Desde aquí ya divisamos la llamada Pieza de la Dueña , hoy dividida, todos los habitantes y vecinos de Cihuela tienen un trocito de terreno en ella. A su vera trazaremos el camino del que toma nombre, y más adelante, el Campillo, desde aquí, el viajero podrá elegir por volver al pueblo a través de un peligroso camino que nos llevaría al camino del Pechuelo, o bien seguir hasta La Cerrada.
Barranco de La Cerrada
Un llamativo color rojizo define un terreno en el que podemos hallar restos de fósiles, en su mayoría, caracolas y caparazones, en general, ammonites, característicos de la era Secundaria, y conchas de moluscos gasterópodos de la era Terciaria. Restos de calizas conchíferas, testigos del mar que aquí llegaba hace millones de años. Al fondo del barranco, la fuente con su abrevadero, aguas que llegan hasta el Río Regatillo . Más adelante, en las Arenas de Embid encontramos las minas de sílice.