Cuthiella

El 23 de Julio de 1444, el Rey Juan II de Castilla donaba a D. Álvaro de Luna el castillo de Cihuela: “En enmienda de Baza (Deza) e Cuthiella (Cihuela) de las cuales vos yo ove fecho merced con sus castillos e fortalezas” . Durante los siglos XIV y XV, posiblemente hasta el reinado de los Reyes Católicos, el topónimo “Cuthiella” aparece en distintos documentos de las luchas de La Raya . Se produce un estancamiento en la forma “iella” derivado del leonés y el aragonés, acompañado en parte por el mozárabe, y que luego emprendería la reducción de /ie/ a /e/ ante la /l/, convirtiéndose en “Cuthela” . El fonema /th/aparece destinado quizá a suprimir el diptongo /ue/, sabemos que es una transcripción latina aunque en boca del pueblo se pronunciara como “t” , al igual que la “ch” árabe, que se pronunciará como “c” . Durante el siglo XVI puede que sea posible la aparición en otros documentos del topónimo “Cihuela” tal y como lo conocemos hoy en día, que en el habla vulgar cambiaría la “h” por la “g” y que volvería a cambiarse en el siglo XIX.

Ciguela

Ya en el siglo XVI, y según notas del interventor Jean de Vandenesse, servidor del Emperador Carlos I (y luego de su hijo y sucesor Felipe II), “realizó una serie de viajes entre 1528 a 1542 a Medinacelli, Cigüela, Montuenga, Agreda, Aldealpozo, Quintana Redonda y Burgo de Osma. Posteriormente, el Rey Felipe II realizaría el mismo viaje entre 1554 y 1560” . El habla vulgar tiende a retraer la base de la articulación hacia la parte posterior de la boca, el fenómeno empieza a notarse desde la Edad Media, y se revela en varios cambios: mientras que el Arcipreste de Talavera escribe “Menciyuela” , deshaciendo con la /y/ palatal el hiato que existía ante el diptongo /ue/, Lope de Rueda emplea “Mencigüela” , con /g/ velar.

Cihuela

Durante la Guerra de la Independencia, sabemos que Juan Martín Díaz, apodado “el empecinado” , del bando español, “partiendo de la base de Ateca, hizo su inclusión hacia Soria por el valle del Henar, estando en Cihuela, Deza y Gómara durante 1811 y 1812”. A principios del sigo XIX aparece el topónimo “Cihuela” que todos conocemos y que llegará hasta nuestros días. Los primeros testimonios de “h” por “g” , parecen denunciar la baja extracción social del siglo XVI. El cambio de “Cigüela” a “Ciguela” y a su posterior “Cihuela” , implica una desaparición de la diéresis y la relajación de la consonante /g/, afectada en mayor o menor grado, debido a un lenguaje corriente, y tras una propensión velarizadora, haciendo que la /h/ sustituya a la /g/ ante el diptongo /ue/.

 


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